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Certificación RTRS ¿Cómo la tecnología ayuda?

Actualizado: 10 oct 2018

El primer camino para el productor que desea obtener el sello RTRS en su hacienda es la simbiosis entre una asociación que incentiva la producción sostenible y un sistema con datos confiables, siguiendo las prácticas agrícolas adecuadas para lograr la certificación.


La Asociación Internacional de Soja Responsable (por su sigla en inglés RTRS), es una entidad que promueve el uso y el crecimiento de la producción sostenible de soja.


Para obtener la certificación, el productor necesita buscar un órgano reconocido por la RTRS, que haga las auditorías de la producción. Para tener el sello RTRS, los productores necesitan seguir diversos requisitos de la siembra, manejo, almacenamiento y distribución del grano. Además, también se analizan las relaciones laborales y el cuidado del medio ambiente.

El productor que decide adaptarse a las exigencias del estándar RTRS para tener su producción certificada, puede modificar gradualmente cada indicador que será analizado en la auditoría. Para que los 100 indicadores (administrativos, ambientales, económicos y sociales) estén en perfecta alineación, la ayuda de la tecnología puede ser muy ventajosa durante el proceso de transición.


Prácticas agrícolas adecuadas


Uno de los principios para la adopción de la soja certificada, es la inclusión de buenas prácticas agrícolas. Hoy ya existen sistemas que permiten al productor generar el historial de todas sus actividades en el campo, posibilitando el monitoreo de puntos específicos de la parcela, con información georreferenciada, documentada y con fotos.


Con la herramienta de monitoreo, es posible analizar y acompañar las mejores prácticas para la conservación del suelo, identificar y registrar plagas que puedan estar comprometiendo el cultivo y tomar decisiones rápidas.

La inclusión de este tipo de sistema permite al equipo de campo descubrir dónde hubo aplicación de pesticida, hace cuántos días fue hecha y cuáles fueron los productos utilizados.


La rapidez en obtener información hace que el productor aplique defensivos en el momento correcto, siendo posible identificar dónde hay riesgos en cada parcela.

La adopción de la tecnología trae beneficios administrativos para la producción, facilitando la gestión; beneficios económicos, reduciendo el uso de defensivos; ambientales, causando mejoras en el suelo y en el impacto de la salud del medio ambiente; y sociales, capacitando la mano de obra del campo con tecnologías avanzadas.


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